Chávez Sández Wendy Lizeth
La autoestima.
Consecuencias de tener una alta o baja
autoestima.
Autoestima baja.
Una
persona con baja autoestima suele pensar de forma negativa sobre sí misma. Pero
esto es lo bueno: Que la baja autoestima se sustenta más en creencias que en
hechos y las creencias sí se pueden cambiar. Aún sin proponérselo, dichas
creencias van cambiando a lo largo de la vida, dependiendo de las
circunstancias y experiencias que atraviese la persona.
La
persona con baja autoestima puede involucrarse en relaciones personales
tóxicas, destructivas, porque no se da a valer para que sea tratada con el
respeto y el amor que merece.
Respecto
a su vida social, puede decidir no involucrarse en muchas actividades para
evitar las críticas de la gente, que suele tomarse tan a pecho.
En
el trabajo, puede suceder algo parecido: que evite tareas por miedo a no
hacerlo perfecto o, incluso, que deje de optar a algún puesto de trabajo por no
verse lo suficientemente buena para el mismo.
Por
otro lado, la baja autoestima también puede desembocar en comportamientos muy
negativos como, por ejemplo, las adicciones. O, en algunos casos, llevar a una
persona a desarrollar una personalidad violenta, para enmascarar sus
vulnerabilidades.
Si
en lugar de esas creencias negativas, la persona tuviese una autoestima sana,
no quiere decir que no tendría problemas ni que dejaría de vivir experiencias
desagradables, pero sí tendría mejores armas para afrontarlas.
Autoestima alta.
Tener
un exceso de autoestima implica una distorsión de la realidad basado en tres
rasgos principales:
Ø Exceso de confianza en sí mismo
Ø Sentimiento de superioridad respecto al resto de personas
Ø Egoísmo y atención centralizada en ella misma
Así
pues, estas personas se convierten en seres egoístas, narcisistas e
intolerantes, creyéndose personas omnipotentes respecto al mundo que les rodea
lo que les hace ver la vida ajena al peligro y a las leyes que realmente la
dirigen.
El
final de esta persona, con un exceso de autoestima claro, es un narcisismo bien marcado, manías, delirios
de grandeza, intolerancia, e incluso la depresión viendo cómo la vida no les da
lo que creen que se merecen.
En
realidad, este exceso de autoestima es una creación de la mente ya que son
personas con muchos temores y complejos que disfrazan en su interior mediante
esta fantasía. Expulsan su no consecución con ira y rabia que salpica a los más
cercanos cuyo desgaste se extrema.
''A veces criticamos cosas de nosotros con tanta saña que pareciera que nos odiáramos profundamente''.
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